Cómo hacer un Fotovoz
Esta guía pretende facilitar el desarrollo de procesos participativos con fotovoz junto a personas y poblaciones históricamente silenciadas y marginadas de los espacios de participación ciudadana y en el diseño de las políticas públicas (niños y niñas, jóvenes, migrantes, etc.). El fotovoz combina así la fotografía con la acción comunitaria. Por un lado, permitiendo que estas personas puedan documentar de manera creativa las problemáticas, preocupaciones, experiencias, cosas que valoran y que desean transformar en los territorios que habitan. Y por otro, posibilitando que estas voces sean alzadas y escuchadas por las instituciones públicas y otros actores claves en los procesos de desarrollo local y global.
En los procesos de fotovoz son las propias personas que participan las que realizan las fotografías y coproducen narrativas colectivas sobre ellas. Tanto las fotografías como las narrativas buscan recoger y expresar realidades y cosmovisiones alternativas sobre los territorios que habitamos. Estos territorios transitan desde el cuerpo, como primer territorio, pasando por el hogar, la comunidad, el barrio, la ciudad y el planeta en que vivimos. Estas cosmovisiones alternativas pretenden transformar los comportamientos frente al cuerpo (cuidados y autocuidado), la alimentación (sana, saludable), el consumo (responsable), la producción (local y de proximidad), los valores que compartimos (equidad, diversidad, etc.) y las formas de relacionarnos con las demás personas (apoyo comunitario, cuidados, autogestión, asociacionismos, movimientos sociales, etc) y con la naturaleza (sostenibilidad).
Es por ello que entendemos que las experiencias de fotovoz pueden ser potencialmente transformadoras para las personas que participan cuando estos procesos se sostienen en tres ejes: la educación para la participación, la toma de conciencia sobre los territorios que habitamos y la transformación social desde la acción colectiva.