Modelo de orientación para la acción cultural con enfoque en derechos humanos y sostenibilidad
El "Modelo de orientación para la acción cultural con enfoque en derechos humanos y sostenibilidad" es un documento integral y bien fundamentado que surge como resultado de un proceso de sistematización y diálogo entre conocimientos y experiencias de diversas instancias gubernamentales, organizaciones culturales comunitarias e instituciones académicas. Este modelo se presenta como una herramienta indispensable para abordar las problemáticas contemporáneas relacionadas con la acción cultural, la igualdad de género y la sostenibilidad, bajo un enfoque de derechos humanos.
El documento inicia con un recorrido por los antecedentes y trayectorias de la gestión cultural en Latinoamérica, destacando la importancia del bagaje de los agentes culturales como punto de partida para la articulación de saberes. Se fundamenta en posicionamientos conceptuales y filosóficos desde una perspectiva decolonial y crítica, promoviendo el diálogo y la articulación entre visiones y aprendizajes del Norte-Sur y Sur-Sur global.
El modelo se estructura metodológicamente para abordar las tres dimensiones del desarrollo sostenible: social, económico y ambiental, redefiniendo sus intersecciones a la luz de las experiencias latinoamericanas en gestión cultural. Así, se identifican principios de sostenibilidad e inclusión que buscan trascender la perspectiva desarrollista y promover la equidad, habitabilidad y viabilidad en las acciones culturales.
Los ejes orientadores del modelo se desarrollan en cuatro apartados, que incluyen problemáticas identificadas, estrategias sugeridas, consideraciones para la implementación y casos de buenas prácticas. Además, se ofrece un glosario de términos estratégicos-operativos para facilitar la comprensión y aplicación de las estrategias definidas.
El documento enfatiza la importancia de la participación cultural como un derecho humano, destacando la necesidad de crear condiciones para el acceso equitativo y la participación activa de todas las personas en la vida cultural. Asimismo, se subraya el papel de la cultura digital y la sostenibilidad común como componentes clave para el fortalecimiento de los procesos culturales y la mejora del bienestar comunitario.
En resumen, este modelo no solo busca ser una guía práctica para la acción cultural, sino también un catalizador para el crecimiento económico y el desarrollo sostenible, fortaleciendo los lazos comunitarios y promoviendo una convivencia social más equitativa y cercana a la cultura. Es una propuesta que invita a repensar y transformar la gestión cultural desde una perspectiva integral, inclusiva y sostenible, con miras a un futuro más justo y equitativo.